Estos inmigrantes polacos

La inmigración polaca alcanzó su punto máximo en la década de 1920. Francia reclutó a una población trabajadora valiente ansiosa por integrarse. La historia de Polonia y sus numerosos conflictos territoriales empujaron a los polacos a dejar su país ocupado muy a menudo por los rusos o por los alemanes. Muchos nacieron con nacionalidad extranjera y aprendieron en la escuela en un idioma diferente al de su familia.

Sin saber hablar una palabra de francés, sin un centavo, solo tenían su coraje, su fe en el futuro y las ganas de integrarse. "No estamos en casa, debemos ser inocentes". Tanto por su vestimenta como por su honestidad, querían demostrar que no eran esas "sucias polaks" como se decía a veces. Polaks, seguro, pero sucio, ¡seguro que no! Este podría haber sido el lema de todos estos niños de origen inmigrante que sufrieron el racismo en los patios de recreo o en otros lugares. Porque a pesar de los esfuerzos, el extranjero siempre despierta el miedo o los reproches. Estos niños han crecido hoy en día, algunos llevan con orgullo sus orígenes y son profundamente franceses, otros son mucho más discretos y quieren integrarse en la Nación. Han tenido carreras diversas con grandes éxitos.
Aquí está la lista no exhaustiva de todos estos polacos venidos de lejos o nacidos aquí y no olvidemos a los más humildes pero no menos merecedores que al dejarlo todo, hicieron estos franceses que hicieron Francia.

A mis abuelos Josef y Bronia Babelek.